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27 dic 2012

Atractivos de la Calle Corrientes


Conocida como la ciudad que nunca duerme, la avenida   Corrientes en Buenos Aires, Argentina, se ha convertido en un ícono a nivel mundial. Cada año llegan al país miles de turistas extranjeros y del interior intrigados por transitar sus veredas y  dejarse llevar por su magia y glamour. Constituye un importante polo cultural ya que en sus cuadras se reúnen bares, teatros y negocios tradicionales del gran Buenos Aires.

Es bien extensa, está dividida en dos zonas claramente diferenciadas por  su arquitectura, por un lado y al inicio encontramos bancos e instituciones, hasta llegar a la peatonal en calle Florida donde el panorama cambia rotundamente y se puede apreciar un espacio cultural lleno de luz y vida.

Su actual nombre fue dado en 1822  en homenaje a la ciudad de Corrientes,  en agradecimiento por su activa y dedicada lucha en la Revolución de Mayo. Hay de todo por hacer, durante el día se puede dar un paseo y conocer sus cuadras que paso a paso nos muestran la identidad de la provincia y su gente; hay muchos bares, restaurantes y los infaltables café abiertos las 24 hs.

Estilo, colorido y variedad se dan cita en esta extensa avenida  que abarca casi 9 Km de largo. Los principales atractivos de la Calle Corrientes son uno de los puntos más visitados por quienes llegan a la ciudad, el teatro Opera por ejemplo  es un magnifico y original referente. Data desde 1871 y se caracteriza por ser uno de los principales debido a su decoración y los artistas que por allí pasaron. Su cúspide se asemeja al cielo y se destaca por sus brillantes estrellas. Las paredes del costado tienen un toque de arte callejero.

Otro lugar recomendado e ideal para conocer  es el lujoso Broadway, su particular estilo Art Decó y su excelente acústica lo han consolidado entre los mejores teatros de América Latina. También encontramos el infaltable teatro Gran Rex que constituye otro gran emblema de la Calle Corrientes. Cuenta con una capacidad mayor a 3.000 personas cómodamente ubicadas. Además de su importancia por el nivel de entretenimientos que presenta cabe destacar que fue construido por Alberto Presbich quien construyó también el Obelisco.

Dejando de lado los teatros y la zona bancaria, se encuentran otros puntos de gran atractivo e interés. Un buen ejemplo es el barrio de San Nicolás un excelente punto de encuentro de bohemios y artistas. Se destaca por su colorido, su gran impronta cultural y la diversidad de bares culturales con excéntricos decorados que llaman la atención. El Obelisco, Balvanera, la Zona de Abasto y el barrio de Once son sitios de la tradicional ciudad que no pueden no ser visitados.

Buenos Aires es música, cultura y tango, y la Calle Corrientes  el punto justo donde todas estas artes se juntan. Cerca de la famosa avenida hay a disposición del turista hoteles de variadas categorías e incluso hostel con un precio más barato para quien vaya como turista más austero. La gastronomía de la zona es variada como así también su precio. Toda una infraestructura preparada para que su visita sea inolvidable y pronto desee volver.

Obelisco




Un obelisco es una construcción de piedra que tiene 4 caras es su base y se va estrechando hacia la punta hasta convertirse en una pirámide. Originalmente son de Grecia, los griegos los construían en las entradas de tumbas o templos por su relación con el dios sol. Se pensaba que un obelisco representaba un rayo de sol y a través de este se podía vivir a los muertos. Normalmente se realizaban en una pieza en base a un monolito y sus caras se encontraban talladas. En Buenos Aires, el obelisco constituye una atraccion tanto para los visitantes como para los transeúntes. 

En la época moderna se erigieron miles de obeliscos en forma conmemorativa en imitación a los antiguos. Hay obeliscos en EE.UU, Israel, Francia, Italia, El Vaticano, Reino Unido; y en América encontramos obeliscos en Perú, México, Venezuela, Honduras, etc.

Argentina no podía quedar atrás y por eso  tiene su propio obelisco. Situado en la ciudad de Buenos Aires, más precisamente en la intersección de las avenidas corrientes y 9 de Julio.



El mismo se construyó en el año 1936 ordenado por el entonces intendente de la ciudad el Sr Mariano de Vedia y Mitre quien se puso en contra de los radicales que querían erigir allí un monumento a Hipólito Irigoyen entonces el intendente ordenó su construcción apresurada.

El Obelisco está emplazado donde antiguamente se encontraba la Iglesia San Nicolás de Bari la cual fue demolida por la construcción de la avenida 9 de Julio.

En ese templo fue donde por primera vez se izó la bandera argentina en 1812 y de hecho, en una de las caras del Obelisco queda el registro de ese hecho histórico.

Mariano de Vedia y Mitre le encargó al arquitecto Alberto Prebisch (autor del cercano teatro Gran Rex) que construyera el obelisco en conmemoración a los 400 años de fundación de la ciudad y a este solo le llevó 60 días; su construcción comenzó el 20 de marzo de 1936 y finalizó el  23 de mayo. La empresa alemanas Siemens estuvo a cargo de la obra que tuvo 157 obreros, en la que se utilizaron 680 metros cúbicos de  cemento de endurecimiento rápido y 1360 metros cuadrados de piedra traída de Córdoba.

El monumento tiene una altura de 67,5 mts;  6, 8 mts de lado, un pararrayos en la punta, una sola apertura del lado oeste y 4 ventanas en su cúspide. A esta se puede acceder subiendo 206 escalones.

Declarado monumento histórico Nacional, el Obelisco porteño fue objeto de muchas burlas y críticas durante años, queriendo demolerlo en varias oportunidades por razones estéticas, económicas y de seguridad. 

Hoy en día es un ícono de la ciudad, punto de encentro de muchas manifestaciones al igual que la Plaza de Mayo y lugar de muchos hechos insólitos y anécdotas: alguien que quiso suicidarse si no le conseguían trabajo; decorado de árbol de navidad; estructura de enormes banderas y carteles como “El silencio es salud” y expresión de organización como Greenpeace y una de las más polémicas, cuando en diciembre de 2005 apareció completamente tapado de una tela rosada que simulaba un condón. Esto en apoyo a la lucha contra el SIDA.

El Obelisco porteño es monumento típico de la ciudad de Buenos Aires, parte ya de su paisaje, “una espada de plata refulgente” como dice su soneto sin el cual la ciudad no sería lo mismo. Punto de encuentro, lugar de fotos, destino de visitas turísticas, esta torre de cemento forma parte del cielo y cualquiera que levante su mirada lo ve e inmediatamente se siente un poco más porteño, un poco mas argentino. 

Cafe Tortoni


Si hay algo por lo cual se caracteriza la provincia de Buenos Aires es por su variada gastronomía y sus bares e importantes cafeterías que abren sus puertas al ritmo de la ciudad de las luces. Los cafetines están cargados de historia y fueron puntos de reunión y hasta escuelas de muchos periodistas y escritores, por ende la cultura quedó impregnada en sus paredes hasta la actualidad.

Café Tortoni fue el nombre dado al más importante bar del gran Buenos Aires. De su origen no se sabe mucho, pero fue fundado por un francés quien le dio su actual nombre. Está ubicado en Av. de Mayo siendo una de las más importantes calles de la ciudad.

El tiempo ha pasado pero su espíritu sigue intacto y la tradición más fuerte que nunca. La gente no solo va a tomar una buena taza de café sino también a disputar un buen partido de billar o las infaltables cartas. El lugar mantiene su antigua decoración y es uno de los motivos por lo cual recibe tantos visitantes. Por sus mesas y sillas pasaron entrañables y prestigiosos artistas como Alfonsina Storni Y Benito Quinquela Martin.

El histórico café cuenta con una decoración exquisita y antigua, el color que predomina es el rojo de las cortinas del telón que se conjuga perfectamente con el marrón de sus mesas y sillas.

El arte está en cada una de sus paredes y tiene un salón dedicado para esta, bautizado con el nombre de Alfonsina. Aquí se pueden observar cuadros, esculturas  y dibujos a mano alzada en las paredes y sectores destinados específicamente.



En 2008 se han cumplido 150 años desde su inauguración, Café Tortoni tiene a disposición de sus clientes suvenires de porcelana y cristal. Se pueden comprar juegos de té  con fotografías del lugar impresas y copas de cristal con el legendario logo del café, como así también vasos.

Por otro lado y dada su importancia cultural se han impreso libros y revistas con publicaciones, fotos e información en general. Un dato importante es que además del mejor café se pueden pedir riquísimas picadas con gran variedad de fiambres y delicatesen.

La fachada del sitio todavía conserva su estructura original pero restaurada y su tradicional cartel al mejor y fiel estilo porteño. Una vez dentro se pueden presenciar desde las mesas y cómodamente ubicados espectáculos de tango o disfrutar de algún cantor arrabalero.

Es sin duda una invitación a sumergirse en el siglo pasado, a revivir anécdotas, disfrutar de una excelente atención y el mejor café de Buenos Aires.

Carlos Gardel cantó dos veces allí y según testimonios afirman que fue habitué del lugar durante un buen tiempo.
Este sitio es de gran interés y atractivo turistico y forma parte de los bares más importantes y representativos de capital federal, contando así con el apoyo del gobierno nacional.

Enclavado en una importante avenida, foro de gran nivel cultural y social, Café Tortoni invita a un experiencia única que rememora viejos tiempos. Un sitio simplemente maravilloso, el lugar ideal para reunirse con amigos y disfrutar con todos los sentidos.